El Chelsea se impuso (1-0) al Manchester United, en el encuentro más importante de la duodécima jornada de la 'Premier League', gracias a un tanto de John Terry de cabeza en la segunda parte, que asienta a los londinenses en el liderato de la tabla y les permite ampliar su ventaja.
El encuentro, muy disputado, estuvo marcado por la intensidad de ambos conjuntos, que por algunos momentos se convirtió en un juego violento permitido por el árbitro. Como consecuencia de esto, el partido transcurrió sin grandes ocasiones para ninguno de los dos equipos y se decidió en una jugada aislada a balón parado.
Carlo Ancellotti apostó por un equipo ofensivo para recibir a los 'diablos rojos' e incluyó un centro del campo con Essien como único pivote defensivo junto a Lampard, Ballack y Deco. Alex Ferguson, por su parte, dejó en el banquillo al serbio Vidic y optó por una pareja de centrales compuesta por Evans y Brown. En el ataque, renunció a la participación de Berbatov y dejó solo en punta a Wayne Rooney.
Los primeros compases del encuentro fueron para el Chelsea, que mantuvo el dominio del balón frente a un conservador United que esperaba sus ocasiones. En un primer tiempo muy intenso, donde los defensas se impusieron a los delanteros, las mejores oportunidades llegaron de la mano de Anelka para los londinenses, cuyo disparo fue rechazado por Van der Sar, y de Giggs y Rooney para el Manchester en dos rápidos contraataques.
El desgaste de la primera parte le pasó factura al Chelsea que comenzó el segundo periodo con menos frescura y poco a poco se vio atenazado por un Manchester United en el que emergió la figura de Rooney, que protagonizó las jugadas más peligrosas.
Sin embargo, cuando parecía que el gol iba a caer del lado del United, una falta botada por Ballack fue rematada por John Terry a la izquierda de Van der Sar.
Los jugadores del United protestaron un posible fuera de juego posicional de Drogba y el partido se volvió bronco con algunas acciones peligrosas. Ferguson, muy conservador en el encuentro, dio entrada a Owen y Obertan y el Chelsea acabó encerrado en su área, pero no fue suficiente para lograr un empate que hubiera hecho justicia a los méritos de ambos equipos.
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